
Registro 3

Registro 3
Hay algo muy especial en pasear por un parque un día nublado, con niebla cubriéndolo todo. Es como si el mundo se calmara de repente, como si todo lo que normalmente pasa rápido se detuviese un momento para respirar. Sin el sol brillando ni los colores saturados, empiezan a destacar esas pequeñas cosas que, en días normales, apenas notamos.
El cielo gris se convierte en un fondo perfecto donde las hojas, los árboles y hasta los caminos mojados cobran otra presencia. De pronto ves el dibujo de las ramas contra el cielo blanco, casi como si alguien las hubiera trazado con tinta. Las hojas, que en otros días formarían solo parte del paisaje, hoy parecen más vivas, más definidas. Hasta el silencio suena distinto. Se nota más el crujido leve de una rama, el roce del viento, el eco apagado de tus propios pasos.
La niebla no oculta, al contrario: resalta. Hace que mires con más atención. Te obliga a detenerte, a fijarte en lo que normalmente ignoras. Un charco, una piedra, un banco vacío… todo adquiere una belleza tranquila, sin querer llamar la atención.
Entonces te das cuenta de que hay cosas que solo se ven cuando todo lo demás se apaga un poco. Que lo cotidiano, lo simple, lo que damos por hecho, tiene una profundidad que solo aparece en días como este. Que, a veces, hace falta un poco de gris para ver con más claridad.
Y es que el paisaje no es solo lo que se ve. Como bien explica Llorca (2017), lo que percibimos de un lugar no depende únicamente de su forma o función, sino también de cómo lo sentimos con todos los sentidos, especialmente con los que menos usamos de forma consciente. Un paisaje así, gris y silencioso, te obliga a mirar diferente, a escuchar lo que no suena fuerte y a descubrir que, a veces, lo más bello está en lo sutil.
Porque cuando el paisaje se cubre de niebla, no desaparece: se transforma. Y nosotros, al mirarlo sin prisas, también cambiamos un poco.
Recursos bibliográficos
Llorca, J. (2017). Paisaje sonoro y territorio. El caso del barrio San Nicolás en Cali, Colombia. Revista 32(89), 9-59. https://www.proquest.com/
Link
https://drive.google.com/drive/folders/1qdd5Rnifsz39NtzEj8WONii0Y7ugn8AJ?usp=sharing
Debatcontribution 0el Registro 3
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Hola Vicent,
M’he decantat per comentar els teus registres perquè Blanes és una localitat de costa que m’agrada molt visitar, una amiga meva va anar a viure allà i he passat setmanes, tant a l’hivern com a l’estiu (res a veure una temporada amb l’altra).
M’ha semblat molt interessant la teva exposició de les fronteres urbanes i socials a través dels teus dibuixos. Crec que has aconseguit captar de manera molt efectiva les divisions tant físiques com simbòliques que existeixen entre el centre i els barris perifèrics.
La teva reflexió sobre la carretera com a frontera em sembla molt encertada. Crec que has captat molt bé com aquesta reforça les desigualtats estructurals. M’agradaria saber si has observat alguna forma de resistència per superar aquesta frontera i millorar la connexió entre els barris.
Fas referència també al contrast entre la riquesa del centre i la manca de serveis dels barris perifèrics. I a més, afegiria, com et comento al principi, les diferències significatives que jo mateixa he observat entre el contrast de la vida a la localitat durant l’hivern i l’estiu a Blanes. Quina és la teva opinió al respecte?
Moltes gràcies per la teva aportació.
Salutacions.
Mari.